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Gabriel Mariotto
"La gente pide a gritos que haya soluciones"
Foto: Para Gabriel Mariotto se abre un nuevo escenario político en el país.
Para el dirigente bonaerense, el paradigma político de la Argentina corrió el histórico eje inaugurado el 17 de octubre de 1945. "Ya no es más peronismo/antiperonismo. Ahora la discusión es democracia/antidemocracia". Convencido de que "la sociedad no saltará al vacío", Mariotto discutir "los temas estructurales" de la Argentina.
Publicada el en Entrevistas

Había pasado sólo una semana desde las elecciones generales que dejaron a Sergio Massa y al peronismo en una situación que ni los más optimistas soñaban luego del terremoto de las PASO, cuando esa  sensación de alivio ya no podía ser tomada como un pasaporte asegurado al triunfo en el balotaje. Ni mucho menos hacernos olvidar que la alternativa electoral que estará vigente el 19 del corriente en el cuarto oscuro no habla precisamente bien de la manera en que se viene haciendo política. Con ese eje arrancó la charla que Revista El Sur mantuvo con Gabriel Mariotto, ex vicegobernador de Buenos Aires, ex titular de la AFSCA, dirigente peronista integrante del Soberanxs, espacio que fundó junto a Alicia Castro y Amado Boudou, entre otros dirigentes. “No podemos mirar para otro lado. Si estuviéramos bien no pasaría esto, que es un síntoma de cómo estamos en la política. Esperemos que esta amenaza democrática, con la motosierra como símbolo, nos obligue a una reconstrucción de orden político para que el rumbo se discuta entre espacios que piensan distinto sin esperar a que la política nos explote en la mano”, arrancó.

La charla con Mariotto barrió temas de agenda, del sistema de partidos en Argentina, de la reconfiguración de los escenarios y terminó con la necesidad de reformar la Constitución Nacional para devolverle al país algo del federalismo perdido con la reforma del ´94.

- Más allá de sus excentricidades, ¿Milei hace algún aporte al debate político con su discurso anti-sistema?

- La amenaza democrática que simboliza Milei con la motosierra resignifica un nuevo nosotros. A partir de esta campaña electoral, con los ejes negacionistas, oscurantistas, casi de falta de cordura que plantea La Libertad Avanza como amenaza explícita a la democracia, lo que sucedió es que se logró trascender el concepto de peronismo-antiperonismo. Superó ese apotegma que construyó la sociedad argentina desde el 17 de octubre del ´45 hasta esta elección. Y creo que vuelve a recuperarse un concepto que es democracia versus oscurantismo. Aunque los gobiernos democráticos no han logrado dar las soluciones de justicia social, de equidad, de igualdad de oportunidades que todos soñamos, estos 40 años de democracia se ven amenazados por una serie de ejes antidemocráticos expresados por ese espacio.

- ¿Nos terminamos de despertar ante el espanto?

- Ese susto, ese miedo, nos permite una nueva reconfiguración del escenario político. Ese plano es el que tiene que aprovechar el emergente reunido, Unión por la Patria, que es a lo que se refiere Sergio Massa cuando plantea el gobierno de unidad nacional: es la unidad de las fuerzas democráticas discutiendo el rumbo de la Argentina, cada una con sus ejes y con sus matices.

- Vamos a suponer que Milei no llega a la presidencia. Aun así ¿qué aporta ese discurso?

- Milei canaliza el desencanto de dos gobiernos muy malos. El pueblo argentino no se suicida. El desencanto no nos llevó al suicidio; nos lleva a la cordura. La cordura pudo contra el desencanto. Y a partir de esa cordura democrática, hay que llevar adelante los ejes de la solución política.

- Pero los ejes de esa solución democrática se reconfiguran a partir de este estado de shock que atravesamos. ¿O seguimos con lo mismo de hace 40 años?

- Se reconfiguran, sin dudas, porque la sociedad argentina ha cambiado el paradigma. La gente lo está pidiendo a gritos: tiene que haber soluciones. El 30% de votos a Milei no son 30% de votos a la motosierra. El votante te dice: “Yo no sé lo que va a pasar con este tipo, pero por las dudas lo voto”. No tienen consolidados los discursos libertarios pero están hartos de la política tradicional. En contrapartida, esos 36 puntos de Massa y un gran porcentaje de los votos de Juntos por el Cambio que no acompañan a Patricia Bullrich y a Mauricio Macri en esta nueva aventura terminan consolidando un 50% del electorado. Un poquito más, quizás. No son votos massistas, son votos democráticos. Que no están satisfechos con el rumbo, que no están votando la continuidad del gobierno de Alberto Fernández. No. Están votando la posibilidad de una reconstrucción dentro de la democracia.

- ¿Podemos estar tranquilos de que consolida la necesidad de una continuidad del sistema democrático por sobre la propuesta de dinamitar todo?

- Sí, pero hay que aprovechar ese susto que busca atentar contra el sistema democrático. Susto que tiene que ver con muchos de los ejes que están plasmados en la Constitución Nacional y que se ven amenazados por un espacio político que canaliza ese desencanto, pero propone no solo un salto al vacío sino prácticamente una tragedia para la Argentina. La reconstrucción democrática nos permite volver a la política, incluyendo a los radicales, que vuelven a ser radicales con sus ejes históricos.

- Buen punto. ¿Cree que volverá el radicalismo “de antes”?

- A mí me parece un gesto muy elevado, democrático, que ninguno de los gobernadores de Juntos por el Cambio haya acompañado a Bullrich y a Macri en su apoyo a Milei. Ellos tienen que gobernar territorios, distritos, y no podrían gobernar con los postulados que propone Milei. Ni Jorge Macri -que ni siquiera es radical, que es PRO puro-, acompañó. Porque hay que gobernar.

- ¿Cómo hacer para consolidar esta democracia que camina por la cornisa?

- Dando respuestas. Para que el desencanto no nos lleve al suicidio ese desencanto tiene que reducirse. Y se lo reduce con políticas que interpelen a la sociedad. La Argentina tiene todo lo que los argentinos necesitamos: energía barata, alimento barato, porque lo producimos nosotros. Si alcanza para el mundo, tiene que alcanzar para nosotros también. Y esos son los conceptos que propone Massa: unidad nacional e industrialización. En esos dos puntos podemos coincidir todas las fuerzas democráticas. Plantearlo como un núcleo de coincidencias para desde ahí fortalecer la democracia.

- ¿El peronismo cordobés puede ser parte de esa unidad nacional?

- La reconstrucción de las fuerzas democráticas es una reconstrucción honesta cuando se da en un marco que acepta la pluralidad y la diversidad de opiniones. No hay un látigo de una estructura. Todo se puede en la medida que haya una mesa de discusión política. El kirchnerismo fue una piedra dentro del peronismo cordobés, como lo fue en el peronismo puntano, en el de La Pampa y otras provincias. Quizás en la provincia de Buenos Aires el kirchnerismo se ha ejercido con más dinámica, pero en la Argentina profunda ha sido una traba para el desarrollo del movimiento. Por eso hoy el kirchnerismo tiene que ser una voz más en una mesa ampliada donde se reconstruya la política.

- ¿Lo imagina a Schiaretti sentándose en esa mesa? ¿Hay puentes tendidos?

- No lo sé. Me imagino que sí. Porque en la medida que no haya látigo, ni el látigo de Schiaretti ni el látigo del Instituto Patria, en una mesa en donde se discuta el rol de la Argentina, puede ser. Más aún porque al frente está la amenaza antidemocrática: Macri, Bullrich, Milei. Esa amenaza a nuestros ejes democráticos -que son la justicia social y los derechos- nos obliga a reconstruirnos. Por eso también veo la posibilidad de una reconstrucción del radicalismo, una reconstrucción del socialismo. Y hay que empezar por eso. Es un cambio de paradigma: de peronismo-antiperonismo, al actual: democracia-antidemocracia.

- El peronismo nacional hace siempre su mayor diferencia en el conurbano, en el AMBA, mientras tambalea en las provincias del interior ¿Eso responde a la forma de hacer política de las últimas dos décadas?

- Sí. Fijate que el federalismo fue un eje que vociferó Alberto Fernández en la campaña y no lo ejecutó. Lo está ejecutando Sergio Massa y lo va a profundizar. Esa distorsión de una Argentina federal o de una Argentina metropolitana tiene su origen en la Constitución del ´94. Es una Constitución supuestamente federal, pero que resultó un atentado contra la unidad nacional porque suspendió los colegios electorales y potenció el voto directo. Decir voto directo es decir que el voto de CABA y los distritos del Gran Buenos Aires valen más que los de una provincia. Merlo, Moreno, Lomas de Zamora, La Matanza, valen más que San Juan, Mendoza, Neuquén. La famosa Primera y Tercera jurisdicción. Ahí se decide quién es presidente.

- Una vez más la Nación pensada desde el puerto de Buenos Aires…

- Sí. Aunque, a decir verdad, es un problema que todavía no se resolvió desde las invasiones inglesas. Es el mismo conflicto que atenta contra la Argentina federal. Por eso es imprescindible el cambio de la Constitución y salir del voto directo.

- Hasta tanto se haga esa reforma, ¿desde la política no se puede hacer nada?

- Se tiene que poner en agenda. La amenaza antidemocrática de la motosierra nos obliga a hablar de temas que excedan lo coyuntural para empezar a hablar de los temas estructurales: comercio exterior, energía, servicios públicos, Constitución Nacional. Más allá de los dirigentes, hay un nuevo paradigma, que tiene que ser interpretado por emergentes de este tiempo.

Adolfo Ruiz
- Periodista -