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Alejandro Magno
Foto: Alejandro Domínguez, el capo de Conmebol que tiene negocios inmobiliarios en Córdoba.
El paraguayo Domínguez no sólo construye poder como presidente de la Conmebol. En su rol de empresario inmobiliario realizó una inversión millonaria en sociedad con una firma desarrollista con sede en Córdoba.
Publicada el en Crónicas

En la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Guillermo Domínguez Wilson-Smith ostenta el cargo de presidente, pero se maneja como un rey. No sólo por los lujos que se da viajando por todo el mundo, codeándose con ricos, famosos y poderosos, sino por el perfil alto y la impronta personalista que han caracterizado su gestión de ocho años.

En sus redes sociales, donde de presenta como ‘dirigente deportivo, economista, empresario y Presidente de la Confederación Campeona del Mundo’ (así, con mayúsculas), el paraguayo suele dar rienda suelta a esa mezcla de cholulismo e impunidad de la que históricamente han hecho alarde los dirigentes más encumbrados del fútbol de nuestro continente. El reposteo de un dibujo con su rostro y la imagen de las copas Libertadores y Sudamericana, que oficia como anuncio del inminente inicio de ambos torneos, es la muestra más elocuente de su apunamiento en las alturas.

Licenciado en administración de empresas, graduado en la Universidad de Kansas, y exmiembro de la Sociedad Interamericana de Prensa, como representante del multimedio Grupo Nación Comunicaciones, Domínguez no es un desconocido para los cordobeses. Su última visita oficial, el 1 de octubre de 2022, lo mostró en el Estadio Mario Kempes coronando a Independiente del Valle de Ecuador como campeón de la 21° edición de la Copa Sudamericana, luego de vencer en la final a Sao Paulo de Brasil.

A las horas previas a ese encuentro, Domínguez las dedicó a codearse con directivos del fútbol local y también con funcionarios del ‘cordobesismo’, incluido el otrora intendente capitalino Martín Llaryora, actual mandatario provincial, quien lo recibió con honores y le entregó una plaqueta.

La designación de Córdoba como sede de aquella definición entre ecuatorianos y brasileños -con el Kempes blindado para la ocasión, según el estricto protocolo que impone la Conmebol- terminó siendo una suerte de compensación para el gobierno de Juan Schiaretti, que había invertido alrededor de US$ 600.000 para remodelar el ‘Chateau’ con miras a la Copa América 2021, que fue mudada a Brasil en nombre de la pandemia.

Meses atrás, en un Zoom casi de entrecasa que sirvió como presentación de la frustrada sede cordobesa, Domínguez había comprometido su presencia en La Docta para seguir las incidencias de un partido y compartir ‘algunos cabritos y fernés’ con el entonces titular de la Agencia Córdoba Deportes, Héctor Campana, y el presidente de la AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia.

El tercer hombre

Domínguez es el tercer dirigente de Paraguay que ocupa la presidencia de la Conmebol desde 1916. Sus compatriotas que lo antecedieron en el cargo, Nicolás Leoz y Juan Ángel Napout, quedaron fuera de juego tras haber sido condenados en el FIFA Gate, el escándalo por sobornos, fraude, corrupción y lavado de dinero que la Justicia estadounidense sacó a la luz en 2015.

En Córdoba, Leoz y Napout, por entonces respectivos titulares de la Conmebol y de la Federación Paraguaya de Fútbol (FPF), recibieron trato de dignatarios el 7 de setiembre de 2012. Aquella noche, el seleccionado de Argentina, con Lionel Messi como atracción principal, enfrentó al representativo guaraní en el histórico primer encuentro de eliminatorias mundialistas en tierras mediterráneas. Por entonces, Domínguez era vicepresidente 1°, la mano derecha del mandamás, en la FPF.

Su entronización continental, cuando ya manejaba los destinos del fútbol de su país, se produjo el 26 de enero de 2016. Fue con el voto unánime de las 10 confederaciones y luego de que el uruguayo Wilmar Valdez, el candidato que pintaba como favorito para una eventual compulsa electoral, se bajara en forma sorpresiva “por cómo estaba el tema político” y admitiera que esa deserción le producía “sensaciones encontradas”.

El cambio de timonel -Valdez venía oficiando como presidente interino de la Conmebol, tras la detención de Napout en un lujoso hotel de Zúrich- se produjo en medio de un mega allanamiento en el edificio que la entidad tiene en la ciudad paraguaya de Luque, a 18 kilómetros de Asunción. El operativo, ordenado por la fiscal general estadounidense Loretta Lynch, recién pudo concretarse luego de que el Congreso paraguayo derogara la ley que le otorgaba inmunidad diplomática a la sede futbolera.

“Fue como entrar a la Casa del Terror”, declaró alguna vez, consultado sobre sus primeros días de gobierno, el actual dueño de la pelota de Sudamérica. Por estos días, Domínguez -quien antes del Mundial de Qatar 2022 fue reelegido para un tercer mandato al frente de la Conmebol y desde hace siete años conduce la estratégica comisión de Finanzas de la FIFA- se jacta de presidir “la Confederación más transparente” del fútbol mundial.

Hijo de Tigre

El decimotercer presidente de la historia de la Conmebol inició su ascendente carrera en el mundo del fútbol en 1995, cuando su padre, el empresario y político Osvaldo Domínguez Dibb, lo hizo debutar como miembro del directorio del Club Olimpia, que por entonces presidía.

Fallecido el pasado 2 de febrero, Domínguez Dibb, quien fue conocido popularmente como ‘el Tigre’, es considerado el dirigente deportivo más ganador de Paraguay. Durante sus dos mandatos (1976-1990 y 1996-2004), Olimpia cosechó 14 títulos nacionales, dos Copa Libertadores, dos Recopa Sudamericana, una Copa Interamericana y una Copa Intercontinental. “El Florentino Pérez criado a chipá y tereré”, lo definió la cuenta de ‘X’ Un Metro Adelantado, comparándolo con el actual titular del Real Madrid.

A decir verdad, ODD -sigla con la que también se conocía al ex pope olimpista- no tenía mucho que envidiarle al millonario que actualmente conduce los destinos del poderoso club español. El paraguayo amasó una fortuna incursionando en negocios de hotelería, gastronomía e inmobiliaria, y administrando una empresa tabacalera y varios medios de comunicación. Su expansión económica se produjo durante el régimen del militar Alfredo Stroessner, quien era el suegro de su hermano, Humberto Domínguez Dibb.

Tal como hoy lo hace su sobrino ‘Goli’ Stroessner (utiliza el apellido de su madre, Graciela, para reivindicar la figura de su abuelo dictador), “El Tigre” incursionó en la política como miembro del Partido Colorado, que lo postuló como precandidato presidencial para las elecciones de 2002.

Haciendo gala de sus influencias, al año siguiente convenció al DT uruguayo Luis Cubilla para que rescindiera su vínculo con Talleres de Córdoba y volviera a dirigir a Olimpia, que estaba sumergido en una profunda crisis futbolística. Ante una primera negativa del entrenador charrúa, su táctica resultó más que convincente: a cambio de dejar plantado al club albiazul, le prometió mover algunos hilos para evitar la quiebra de una empresa de transporte que Cubilla administraba en Asunción.

Jugador polifuncional

De todo, como en botica. En las redes sociales de Alejandro Domínguez conviven imágenes que lo exhiben jugando con viejas glorias futboleras, lookeado con la camiseta número ‘10’ y la cinta de capitán de su equipo; entrevistando al mandatario de algún país, de los democráticos y de los no tanto; o abrazando a Lionel Messi antes de un amistoso del Inter Miami.

Allí no faltan las postales familiares, como la que lo muestra en una lancha junto a su perro y el posteo ‘un paseo náutico con Aarón’, o visibilizan los logros de su sobrino Diego como piloto de rally. Tampoco alguna curiosa imagen que denota ‘nostalgia de finales’, y que muestra a Los Palmeras cantando en el Estadio Defensores del Chaco de Paraguay en 2019.

Aunque sus seguidores ya están acostumbrados a la heterogeneidad de su muro -donde el capo de la FIFA Gianni Infantino es figurita repetida y también hay alusiones a ‘Chiqui’ Tapia, a quien Domínguez define como ‘amigo’ y ‘merecido ganador de la Copa América y el Mundial’-, causó asombro el posteo que el titular de la Conmebol hizo el pasado 19 de enero: “Tres hermosas casas a la venta en San Bernardino, Sunset Hill”. Las propiedades -ubicadas en un exclusivo barrio a orillas del Río Ypacaraí, en el Departamento Cordillera- fueron ofrecidas con fotos y lujo de detalles, incluidos sus precios: US$ 455.000, US$ 435.000 y US$ 415.000.

Ni le hackearon la cuenta, ni se trató de un ‘dedazo’ de un Community Manager. Fue el propio dirigente quien hizo visible en las redes su faceta tal vez menos conocida, la de emprendedor inmobiliario. Su publicación en ‘X’ le dejó servida la pelota a José Luis Chilavert, uno de sus más acérrimos enemigos, quien aprovechó para pegarle fuerte como en sus tiempos de arquero pateador de tiros libres y penales: “¿Cuánto cuesta la Casa del fútbol Sudamericano, o sea la Corrupbol. Si pudieran, la venden”.

Chilavert, ícono de Vélez Sarsfield y del seleccionado de Paraguay en los ’90 y candidato en las últimas presidenciales de su país (quinto entre trece aspirantes, con el 0.80% de los votos), viene jugando desde hace tiempo un partido aparte con el número uno del fútbol continental. “La Conmebol es rica y los clubes son cada vez más pobres. Eso no puede ser. Los presidentes de cada Confederación son cómplices del antro que maneja Domínguez", afirmó el excuidapalos en una de sus críticas públicas.

Por sus cuestionamientos al directivo, ‘Chila’ fue denunciado por difamación, calumnias e injurias y condenado a un año de prisión en suspenso en mayo de 2022. Algunos meses antes, la Justicia le había denegado la chance de que prosperara su acusación contra Domínguez, por un presunto cobro irregular de US$ 1.500.000, vinculado al FIFA Gate.

De otras supuestas anomalías que involucrarían al pope futbolero, en sus tiempos de titular de la FPF, dio cuenta el año pasado una denuncia del blog ‘Sin Falta’, perteneciente a un grupo de periodistas de investigación de Paraguay, cuyo contenido habría llegado al Comité de Ética de la FIFA. Allí se habla de ‘comisiones secretas’ por la venta de derechos televisivos.

El constructor

Los medios especializados en periodismo empresarial suelen aludir al Grupo Ecipsa como “la desarrollista más grande del interior de Argentina”. Se trata de la empresa que a fines de los ’80 construyó ‘Las Delicias’, el primer country cordobés, y que tiene como sede una llamativa torre celeste del barrio Nueva Córdoba, a la que se conoce como ‘Edificio Inteligente’.

Desde ese bunker, ubicado al frente del Arzobispado de Córdoba, la firma ya se expandió a ocho provincias argentinas y lleva adelante un ambicioso plan de inversiones en varios países del exterior. Uno de ellos es Paraguay -tierra fértil para el levantamiento de torres de altura en la última década-, donde ya instaló sus oficinas y trabaja en dos emprendimientos en Asunción, donde tiene prevista la construcción de 200 viviendas.

“Éste es sólo el comienzo. La sociedad con dos referentes del sector inmobiliario de Paraguay nos permitirá llegar al interior del país y también a otras naciones de la región”, señaló Jaime Garbarsky, el abogado sanjuanino que preside el Grupo Ecipsa, durante su desembarco en la capital paraguaya. Sus ‘referentes’ son Giovanni Masulli y Alejandro Domínguez, el mismísimo presidente de la Conmebol. La dupla es propietaria de Inmo Desarrollos, que será socia de la empresa argentina, con una inversión conjunta de US$ 110.000.000 en los próximos dos años. Está claro que Domínguez no sólo construye poder en el mundo del fútbol.

El Estadio Conmebol, un ambicioso proyecto que fue presentado el año pasado por la cúpula del fútbol sudamericano, podría darle a Domínguez la posibilidad de fusionar sus inquietudes por la pelota y la edificación. El emplazamiento de un nuevo escenario en Asunción, con capacidad entre 45 mil y 60 mil espectadores, tiene como objetivo dotar de una mejor infraestructura deportiva a Paraguay, que albergará uno de los partidos inaugurales de la Copa de la FIFA 2030. Ese torneo, en el que se celebrará el centenario de los Mundiales, también tendrá sus inicios en Argentina y Uruguay, y luego se marchará hacia España, Portugal y Marruecos.

“Creímos en grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició”, tuiteó Domínguez el 4 de octubre del año pasado, al anunciar como “un hecho histórico” el premio consuelo que la FIFA le había asignado a la Conmebol: tres de 104 partidos de un Mundial que 48 seleccionados disputarán en tres continentes diferentes durante 39 días. Fiel a su estilo, en las horas previas al anuncio, subió a sus redes un video donde tiraba unos pasos, acompañado de la leyenda “sale otro bailecito, porque se viene algo mundial para todos los fanáticos del fútbol. ¡Quédense atentos!”. Intacto de reflejos, Chilavert atajó la pelota en el aire y la pateó alto, fuerte y lejos hacia el campo rival: “Pan y circo, pronto van a bailar todos y en fila”.   

Hugo Caric
- Periodista -