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Beloved
Cuando no hay nada que perder
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La novela de Tomi Morrison transita el drama de la esclavitud con personajes de un realismo exacerbado.
Publicada el en Libros

Beloved es la hija de la tragedia de un pueblo. Desde su nacimiento tiene marcado a fuego su destino infausto y Sethe, su madre, lo sabe mejor que nadie. Por eso va a actuar, por eso tomará un cuchillo y le atravesará el cuello como una manera de hacer cesar en ella -su descendencia-, la cadena de infortunios de la gente de su raza.

Es 1873 y en los Estados Unidos la esclavitud se vive como un hecho natural. Pocos discuten el derecho que tiene el hombre de someter a otros hombres, de cercenar cualquier asomo de libertad, a causa del color de la piel.

Sethe lleva marcado en el cuerpo el horror. Los latigazos que habitualmente recibía en la granja donde trabajaba de sol a sol le dejaron impresa en la espalda la forma de un frondoso árbol. Ese suplicio y la seguridad de que todo irá en declive si no hace algo para torcer la inercia de la esclavitud, la convencen de desafiar a sus amos e intentar la huida en plena noche, junto a sus dos pequeñas hijas, Denver y Beloved, la recién nacida.

No hay chances de que en estos pocos párrafos les esté develando la trama de la novela porque, palabras más o palabras menos, esto es lo que Toni Morrison relata en las primeras páginas de “Beloved”, la obra que publicó en 1988 y que la catapultó al premio Pulitzer.

Como un bocado contaminado, imposible de digerir, la narración irá rumiando página tras página esa situación oprobiosa. Aun empapada por la sangre de la menor de sus hijas, Sethe llegará a la chabola de su suegra –Babby Shuggs- que la acogerá sin preguntas, como si la vieja matrona supiera que eso que sucedió a la vera de un río y en plena noche perteneciera al terreno de lo inefable.

Y es que para Toni Morrison, esa gigantesca novelista que nos dejó en 2019 cuando tenía 88 años, el hecho de escribir precisamente consiste en arrojarse con todas las fuerzas hacia lo inefable.

Ella lo hacía cada madrugada porque era en el intersticio entre la noche y el día donde encontraba la energía y la lucidez para escribir. Así lo cuenta en el documental “The pieces I am”, de Timothy Greenfield-Sanders. “Cada personaje es imaginado de manera cuidadosa, como un fantasma. No tienen nada en la cabeza salvo ellos mismos y no están interesados en nada salvo en ellos mismos. Así que no se les puede permitir que escriban el libro en lugar de una. Hay que decirles: “cállate, déjame tranquila, soy yo la que está haciendo esto”, explica con maestría Morrison.

La mujer que le habla directo a la cámara transita el tramo final de su vida –el documental se estrenó el mismo año de su muerte- pero no hay nada en el resplandor de su mirada y en la dulce potencia de su voz que nos haga presumir que el epílogo está cerca.

La primera autora afroamericana galardonada con el Nobel en 1993 tuvo que forjarse el camino con coraje y sin demasiada ayuda, como la propia Sethe. En su infancia, el único libro que había a mano era la Biblia que su padre leía y releía de punta a punta. De su matrimonio conservó el apellido de su exesposo y dos hijos varones que apenas le dejaban margen para garabatear sus ideas en papel.

Ninguna de esas circunstancias le impidió a Toni Morrison forjar una sólida obra en la que se destacan dos “novelas faro”; la canción de Salomón, una de las lecturas favoritas de Barak Obama, que concitó la atención de legiones de lectores de todo el mundo, y “Beloved” la historia de un puñado de negros que, fieles a la receta de Morrison, sólo tienen en la cabeza la dura circunstancia que les toca transitar, el desafío de sobrevivir cada mañana y el consuelo que puede darles un breve instante de felicidad. Como le sucede a Sethe cuando en una infrecuente visita a un parque de diversiones, junto a su amante y a su hija, se le revela una sensación de bienestar bajo la forma de tres sombras tomadas de la mano. Ni más ni menos así sucede en Beloved. Los personajes están demasiado ocupados en vivir sus vidas como para contarnos nada. De eso se encargará alguien que solía hacerlo como pocos.

Beloved, de Toni Morrison

Ediciones B. Barcelona (España), 1999.

445 páginas.

Alejandro Fara
- Periodista -